una mezcla de math rock técnico y post-rock emocional
por Julie Alfono y fotografía por Andrea Lobo
El pasado 20 de octubre, la banda surcoreana cotoba transformó la sala Villanos en un espacio donde la música fue el único idioma necesario. Su mezcla de math rock y post-rock se adueñó del ambiente, combinando estructuras complejas y ritmos impredecibles con momentos de suavidad casi inocente, creando un contraste hipnótico que solo ellos logran dominar.
A diferencia de los conciertos más mainstream, aquella noche no hubo gritos ni coreografías —solo un público atento, dispuesto a escuchar, descubrir y dejarse llevar. Apenas hubo letras, pero no hacían falta: la fuerza del instrumental y la química entre los miembros de la banda bastaron para llenar el escenario.
Entre cuerdas, emociones y cercanía
Uno de los momentos más especiales llegó cuando Dylan presentó una nueva canción en colaboración con un artista de Tokio, demostrando la ambición internacional y la curiosidad musical que caracteriza al grupo.
El setlist incluyó también dos canciones de su nuevo álbum The James, interpretadas con una energía que contagió a todos los presentes. Entre tema y tema, Dyon, la carismática vocalista y guitarrista, intentó comunicarse en español con el público, arrancando sonrisas con su “¡ah, Spanish is so hard!” y su esfuerzo por conectar más allá de las palabras. Dulce, divertida y genuina, consiguió que cada intercambio se sintiera cercano.
El poder de lo íntimo
“Solo quedan dos canciones”, anunció Dyon antes de animar a todos a seguirles el ritmo. En la penúltima canción, improvisó un pequeño baile que dio paso a un jam explosivo entre todos los integrantes, una muestra de pura libertad musical. La banda cerró el set principal con una canción upbeat que dejó el ambiente vibrando.
Pero el público no los dejó ir tan fácilmente. Entre aplausos y gritos de “¡Qué bonito!”, cotoba volvió al escenario para un encore, invitando a todos a bailar con ellos. Ese momento, lleno de complicidad y alegría, resumió perfectamente el espíritu del concierto: la música como puente, sin barreras ni artificios.
Una banda que se vive en directo
Asistir a un concierto de cotoba es recordar lo esencial: escuchar, sentir y dejar que la música hable por sí sola. En tiempos donde muchos conciertos se viven a través de una pantalla de móvil, fue refrescante ver a un público completamente presente, disfrutando cada nota.
Aunque su estilo —una mezcla de math rock técnico y post-rock emocional— pueda parecer lejano para algunos oídos acostumbrados al pop, en vivo cotoba te gana por pura autenticidad. Se nota que aman lo que hacen, y esa pasión se contagia desde el primer acorde.
Esa noche en Villanos no fue solo un concierto, fue una experiencia que recordó a todos los presentes por qué la música en directo sigue siendo uno de los lugares más honestos que existen.


.png)
.png)